Dentro de la labor de la ingeniería es importante comprender la importancia de la planificación al momento de contar con un proyecto a desarrollar, es decir, contando con la idea propia del proyecto, tomarse el tiempo necesario para responder preguntas tales como: ¿en dónde comienzo? ¿Qué debo tener para hacerlo? ¿Con quién debo contar? Para responder esas preguntas es necesario contar con un objetivo claro del proyecto que se desea desarrollar y conocer el cliente final al que va a estar enfocado. Para todo ello es que se realiza la distribución de trabajo en una estructura de división de trabajo (EDT), en donde de manera lógica se presentan cada una de las actividades hasta la que se encarga de la entrega final del proyecto. El proyecto comprende las labores propias de la gerencia del proyecto, quien es el que representa al dueño o inversor, también se encuentran las actividades que debe desarrollar el constructor del proyecto, la interventoría y la supervisión técnica. Cada uno de ellos tiene unas actividades específicas que contribuyen a cumplir la totalidad del mismo, en cuanto tienen distintas responsabilidades contractuales, cada una de ellas estipuladas y que se debe desarrollar en su totalidad. Se presenta también todos los trámites que se deben surtir, la coordinación de los diseños, la ejecución y el control de los mismos